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Ingenieros por el Mundo: Matías Robador

Esta sección está destinada a conocer el amplio mundo de la ingeniería a través de los ojos y las experiencias de ingenieros recibidos en nuestra facultad y que han trascendido fronteras y trabajan en el exterior.

En esta oportunidad, la revista Ingenia se contactó con el Ing. Matías Robador.
A continuación se presentan los detalles sobresalientes de la entrevista, con fecha 30/5/2024.

Por: Dr. Emilio Almazán, Dr. Pablo Corregidor, Dra. Norma B. Moraga.

• Nombre: MATÍAS ROBADOR
• Profesión: INGENIERO MECÁNICO

Año en el cual te recibiste en la Facultad de Ingeniería de la UNSa:
Estudié allí desde el año 2009 hasta el 2011 Ingeniería Industrial. Luego, ingresé al Instituto Balseiro (IB), donde me recibí en el 2014 de Ingeniero Mecánico y después cursé una Maestría en Ingeniería, con especialización en Automatización y Control, que finalicé en el año 2019.

¿Como fue tu experiencia de cursado en la Facultad?
En lo referido a lo académico y personal, recuerdo esa experiencia como una de las más satisfactorias de mi etapa de formación universitaria, tanto a nivel académico, como humano. El alto nivel de educación brindado por los excelentes docentes, junto a su constante soporte y contención, contribuyeron enormemente a mi desarrollo tanto personal como profesional.

Lugar en el cual trabajás actualmente (Compañía / empresa / institución – ciudad y país) y desde cuándo:
Actualmente trabajo en la start-up nuclear Seaborg Technologies, en Copenhague, Dinamarca, desde junio de 2021. Aquí, formo parte del equipo que diseña un reactor nuclear avanzado, conocido como reactor de cuarta generación. Nuestro diseño específico es un reactor compacto de sales fundidas (Compact Molten Salt Reactor).

¿Podrías contarnos un poco sobre tu trayectoria profesional y cómo llegaste a trabajar en el extranjero?
¡Por supuesto, con mucho gusto!
Mi trayectoria como profesional comenzó en octubre de 2015 en Bariloche, como Ingeniero de diseño mecánico en el grupo de Robótica y Automatización del Proyecto CAREM25, dentro de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica). Allí di mis primeros pasos aplicando los conocimientos adquiridos en la UNSa y en el IB. Fueron años de mucho aprendizaje y crecimiento profesional, rodeado de un grupo de trabajo maravilloso, formado por ingenieros mecánicos, electrónicos y la líder del grupo, la Dra. Sol Pedre, hoy Gerente General del Proyecto CAREM.
Durante casi 6 años, contribuí al diseño y desarrollo del reactor nuclear CAREM25, un proyecto tecnológico de vanguardia 100% argentino. Nuestro grupo de robótica automatizó las tareas de inspección y mantenimiento de los generadores de vapor del reactor. Me enorgullece haber diseñado un dispositivo mecánico innovador que patentamos junto a otros colegas, con el apoyo de la CNEA. Luego de este período, asumí más responsabilidades de coordinación de equipo y documentación del proyecto.
Durante la pandemia en 2020, al detenerse muchas tareas experimentales, comencé a buscar oportunidades en el extranjero. A través de un profesor del IB, supe de una vacante en Seaborg Technologies y, tras varias entrevistas, me ofrecieron un puesto similar al que tenía en la CNEA, como Design Engineer. Durante mi primer año, diseñé el sistema de control de reactividad del reactor y luego pasé a un rol de “Integrador”, trabajando con equipos multidisciplinarios en el diseño conceptual del reactor. Desde julio de 2023, me desempeño como Project Lead Engineer, liderando equipos en el diseño de sistemas específicos del reactor.

¿Qué te motivó a aceptar oportunidades laborales en el extranjero?
Acepté esta oferta motivado por la idea de tener una experiencia internacional y expandir mis capacidades tanto sociales como profesionales.
Quería mejorar mi nivel de inglés y poner a prueba mis habilidades en nuevos desafíos tecnológicos.

¿Cómo describirías las diferencias culturales en el ambiente laboral entre Salta y el país donde trabajas actualmente?
Las diferencias culturales entre Dinamarca y Argentina son muchas, desde el idioma hasta la seguridad social y otros aspectos. Sin embargo, no son tan drásticas como en culturas completamente diferentes como las de Asia o África.
Aquí en Copenhague, hay una comunidad considerable de argentinos, lo que facilita la adaptación. En cuanto a lo laboral, la principal diferencia es el balance entre la vida y el trabajo. Los daneses son muy conscientes del estrés laboral y promueven buenas condiciones laborales y actividades sociales para los empleados. Por ejemplo, la semana laboral es de 37 horas, el trabajo remoto es accesible, y hay frecuentes eventos sociales y deportivos.

¿Qué desafíos te enfrentaste al integrante a un nuevo entorno laboral y cultural?
El primer desafío fue acostumbrarme a trabajar en inglés. La empresa es multicultural, con empleados de más de 15 países, por lo que los acentos varían y lleva tiempo acostumbrarse. Con el tiempo, logré pensar directamente en inglés.
Además del idioma, hubo otros desafíos culturales, como los saludos, la comunicación no verbal y el sentido del humor. Estos desafíos fueron parte de mi proceso de adaptación y contribuyeron enormemente a mi crecimiento personal y profesional.

¿Fueron las habilidades adquiridas en Salta suficientes para desenvolverte correctamente en tu trabajo? ¿Cómo llegaste a aprender otro idioma?
Las habilidades adquiridas en Salta me permitieron ingresar al Instituto Balseiro y, junto a la formación recibida allí, desenvolverme correctamente en mi trabajo. Aprendí lo esencial de inglés en mi secundaria, gracias a la insistencia de mi madre, y luego complementé esos estudios en la UNSa y el IB. Estos tres años en el extranjero han sido clave para sentirme cómodo en un entorno laboral internacional.


¿Qué extrañás más de Salta y qué aspectos de tu nueva ubicación encontrás más interesantes o enriquecedores?

Además de mi familia y amigos, extraño la comida y la calidez humana de la gente. También el clima, ya que aquí llueve frecuentemente y los inviernos son largos y oscuros.
En Copenhague, me fascina la combinación entre lo moderno y lo antiguo, como el transporte público automatizado y los edificios del siglo XV. Lo más enriquecedor de la cultura danesa es el respeto entre las personas. Copenhague es una ciudad cosmopolita y multicultural, conocida por su respeto a la diversidad. En base a mi experiencia, los daneses son muy educados, amables y tranquilos, evitando el conflicto siempre que pueden.

¿Qué consejos le darías a otros ingenieros salteños que estén considerando trabajar en el extranjero?
A otros ingenieros que deseen trabajar en el extranjero, les diría ¡que se animen a dar ese paso! Primero, definan bien sus intereses y cómo lograrlos, planteándoselos como una meta realista. Si tienen ciudadanía europea (que no es mi caso), tendrán más opciones.
Averigüen los requisitos, investiguen y preparen todo lo necesario, ¡e inténtenlo! Trabajar en el extranjero es una experiencia enriquecedora, tanto personal como laboralmente. Se aprende mucho y se valora más nuestra cultura y patria. El desarraigo puede ser difícil, pero las ganancias en términos de crecimiento y aprendizaje no tienen precio.

Muchas gracias por tus palabras. ¿Te gustaría expresar algo más?
Para finalizar, quiero resaltar que el trabajar en el extranjero es el resultado de muchos factores, como el esfuerzo y dedicación personal, el apoyo incondicional de mi novia y mi familia, y un contexto socio-económico favorable. Sin embargo, todo esto no habría sido posible sin la educación de calidad que recibí tanto en la UNSa, como en el Instituto Balseiro. Por ello, estoy profundamente agradecido a todos los profesores, ayudantes, técnicos y personal de la Universidad Pública Argentina que hicieron esto posible.