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El Gas Natural como un bien energético en Argentina

El Gas Natural es un recurso energético, que se encuentra en la naturaleza en formaciones porosas debajo de la corteza terrestre y a menudo asociado al petróleo. Al igual que otros combustibles fósiles, se obtiene de yacimientos en el subsuelo terrestre y es necesario realizar pozos para extraerlo. En consecuencia, en el circuito del gas natural existen tres procesos importantes: la producción, el transporte y la distribución del mismo.

Por: Dra. Ing. Graciela del Valle Morales

Este desarrollo comenzó a fines de la década del cuarenta con la construcción del gasoducto entre Comodoro Rivadavia y Buenos Aires. Luego, en la década del setenta, el descubrimiento del mega yacimiento de Loma la Lata, en la provincia del Neuquén, fue el comienzo del incremento del uso del gas y produjo un cambio significativo en la matriz energética nacional.
En términos de producción, la extracción de gas natural ha mostrado un crecimiento constante, con un aumento del 4,3% interanual en el 2024. Además, el país ha avanzado en infraestructura para la producción, transporte y distribución del gas natural, aunque todavía depende de importaciones en ciertos períodos.

Actualmente, el gas natural es un componente clave en la matriz energética de Argentina, representando aproximadamente el 53% de la oferta primaria de energía. En este sentido, la explotación de recursos no convencionales, como los de Vaca Muerta, ha revitalizado la industria y mejorado la balanza energética del país.

Aunque las energías renovables están creciendo, el petróleo y el gas siguen siendo los insumos básicos de la dieta energética argentina. En particular, el gas natural es un pilar fundamental para el desarrollo en diversas actividades del país como ser: su uso en los hogares y comercios, en la industria y en la generación eléctrica; más del 60% de la electricidad se produce en centrales térmicas que funcionan principalmente a gas natural.
Por otra parte, Argentina ha promovido el uso de Gas Natural Comprimido (GNC), convirtiéndose en uno de los líderes mundiales en vehículos adaptados a esta tecnología, reduciendo costos y emisiones.
La producción del gas natural en Argentina, ha experimentado muchos desafíos en los últimos años. Ha enfrentado dificultades en su producción y distribución, lo que dio lugar a un aumento en las importaciones. Esta situación ha comenzado a revertirse con la ampliación de la capacidad de producción del gas natural que se extrae de Vaca Muerta; impulsándose exportaciones a países vecinos y fortaleciendo vínculos económicos y energéticos. En 2024, la producción total de gas natural alcanzó 139 millones de metros cúbicos diarios, lo que representó un crecimiento interanual del 5,1%. Además, el gas no convencional de Vaca Muerta representó aproximadamente el 45% de la producción total de gas en el país.

La producción actual de recursos no convencionales, como los de Vaca Muerta sigue siendo clave para el desarrollo energético de Argentina. En marzo de 2025, se registraron 1960 etapas de fractura, consolidando su posición como el principal polo de explotación no convencional del país. La empresa YPF lidera la actividad con más de 1016 etapas de fractura, seguida por otras empresas como Shell y Pan American Energy. En términos de inversión, YPF anunció un ambicioso plan estratégico hasta 2030, con una inversión anual de USD 5.000 millones en 2025, de los cuales el 65% se destinaría a Vaca Muerta. Este plan busca alcanzar una producción de 190.000 barriles diarios hacia fin de año. Es decir, Vaca Muerta es clave para la generación de divisas en Argentina, con exportaciones de combustibles y energía, que alcanzaron USD 9.677 millones en 2024, un aumento del 22.3% respecto al año anterior.

Argentina ha comenzado a exportar gas natural de manera significativa en 2025, principalmente hacia Brasil. Este hito se logró utilizando la infraestructura de transporte de Bolivia, como el Gasoducto Madrejones, para conectar los yacimientos de Vaca Muerta con el mercado brasileño. Actualmente, se exportan aproximadamente 2 millones de metros cúbicos diarios, con planes de aumentar este volumen a 10 millones en los próximos años.


GAS NATURAL LICUADO

Por otra parte, Argentina está avanzando significativamente en el desarrollo de la infraestructura de Gas Natural Licuado (GNL), debido a que su precio tiene un impacto muy significativo en la economía; dado que el mismo incrementa por el transporte del gas licuado por vía marítima. La dependencia del GNL es inevitable porque dos tercios de la generación eléctrica es térmica (a petróleo, gas o combustibles líquidos como fueloil y gasoil).
Actualmente, el costo promedio de importación de GNL en Argentina se estima en 9,99 USD por millón de BTU (MMBtu). Este precio incluye el proceso de regasificación, que convierte el gas de su estado líquido a gaseoso para su distribución en los gasoductos. Esta cifra es menor que los precios de años anteriores que eran 10,7 USD/MMBtu en 2024 y 17,8 USD/MMBtu en 2023. Sin embargo, estos valores pueden variar dependiendo de factores como la demanda estacional, las condiciones del mercado internacional y los acuerdos de compra.
Los costos de importación de GNL influyen directamente en las tarifas de gas para los consumidores finales, especialmente durante los meses de invierno, cuando la demanda aumenta significativamente. Aunque la producción local de gas ha crecido, las importaciones aún son necesarias para cubrir picos de consumo. Esto puede generar fluctuaciones en las tarifas dependiendo de los precios internacionales del GNL.

En 2025, Argentina planea importar aproximadamente 5 cargamentos de GNL durante los meses de invierno para cubrir la demanda energética en los picos de consumo residencial. Esto representa una disminución en comparación con los 29 cargamentos importados en 2024 y se debe al aumento de la producción local de gas natural en Vaca Muerta. Es decir, el desarrollo de Vaca Muerta y la inversión en infraestructura de GNL reducen esta dependencia, mejorando la balanza comercial energética del país y abriendo la posibilidad de exportación de GNL.
La exportación del GNL significaría una muy buena oportunidad para Argentina de posicionarse como un proveedor estratégico en los mercados internacionales, considerando que países como China e India están aumentando su consumo en GNL. Estos proyectos se encuentran en etapas iniciales.
Es posible observar como Argentina busca consolidar su autonomía energética, reduciendo la dependencia de importaciones y optimizando la logística para satisfacer la demanda interna.

EL GAS NATURAL Y LOS ESCENARIOS DE LA CARTA ENERGÉTICA

La carta energética de Argentina se refiere a los planes, políticas y estrategias que el país implementa para garantizar la seguridad energética, fomentar el desarrollo sostenible y optimizar el uso de sus recursos energéticos. Esto incluye el impulso de las energías renovables, la explotación de recursos no convencionales como Vaca Muerta y la mejora de la eficiencia energética.

La energía nuclear desempeña un papel importante en la matriz energética de Argentina, pero contribuye solo con aproximadamente el 7% de la generación eléctrica total del país. Actualmente, Argentina cuenta con tres centrales nucleares operativas: Atucha I, Atucha II y Embalse, que en conjunto tienen una capacidad instalada de 1763 MW.
Las energías renovables, como la eólica, solar, hidroeléctrica y de biomasa, han ganado un papel destacado en la matriz energética, representando aproximadamente el 14% de la generación eléctrica total en 2025. El avance en renovables no solo reduce la dependencia de combustibles fósiles, sino que también contribuye a la mitigación del cambio climático
El gasoil ha sido utilizado como reemplazo del gas natural en Argentina, principalmente durante los picos de demanda en invierno, cuando la capacidad de suministro de gas natural no es suficiente para cubrir las necesidades energéticas. En 2025, se estima que el gasoil representará aproximadamente el 10% de la generación térmica. El uso de gasoil presenta la desventaja de ser más costoso que el gas natural, lo que impacta en los subsidios y en las tarifas energéticas. Aunque el gasoil es una solución temporal, su uso genera mayores emisiones de dióxido de carbono (CO2) en comparación con el gas natural. El desarrollo de Vaca Muerta y la expansión de la infraestructura de gasoductos buscan reducir esta dependencia del gasoil en el futuro.

Por otra parte, sin bien la tendencia mundial es una transición hacia la energía renovable como la energía eólica, solar, hidroeléctrica y la biomasa, el gas natural ha sido tomado por muchos gobiernos del mundo —no solo Argentina— como el combustible fósil “más amigable” para dicha transición. Esto es debido a que, desde el punto de vista ambiental, el uso de gas es una ventaja, ya que es un combustible más limpio que el carbón mineral y otros de origen fósil, porque produce una menor emisión de dióxido de carbono.

Expertos sostienen que no se puede pasar al 100% de renovables de un día para otro, incluso algunos sostienen que ello nunca sería posible. En consecuencia, se tendrá que continuar explorando y explotando combustibles fósiles durante la transición, y el gas natural es el “ideal” por ser el que menos emisiones genera de entre los combustibles fósiles.
Por último, somos un país con trayectoria de hidrocarburos. Hemos dedicado tecnología, desarrollo, capacitación a ello durante las últimas décadas. Hay una industria que está, desde hace años, abocada a los hidrocarburos. Por ello, mientras no se produzcan avances en tecnología, capacidad e inversión en renovables, la generación de energía a partir del gas natural seguirá respirando tranquila por muchos años más.